Don Raúl vivía a la sombra de los árboles, soportando las inclemencias del clima, deambulaba por las calles de Navojoa, Sonora, así pasó muchos años de su vida.
Pero un buen día le cambió la vida, dejó la calle, se descubrió un hombre nuevo y volvió al calor de un hogar al lado de su hija, a quien no veía desde hace 22 años, aun así, en su reencuentro pudo reconocer sus brazos y el amor guardado por tantos años.
Fue el equipo del Sistema DIF Navojoa, presidido por la señora Carmen Araiza de Martínez quienes se encargaron de trabajar arduamente para darle a esta historia un final feliz.
La historia empezó cuando un grupo de vecinos al percatarse de la situación precaria de Don Raúl, quien había aguantado temperaturas de más de 45 grados buscaron ayuda llamando al DIF, después el personal analizó el caso, realizaron investigación para dar con el paradero de su hija quien radicaba en Tijuana, Baja California, quien al enterarse de la situación decidió acudir al encuentro con su Padre.
Fue el propio Subprocurador de la Defensa del Adulto Mayor, Jesús Aurelio Gómez quien realizó también el trabajo de Barbero para darle una nueva imagen al abuelito, quien valientemente dijo sí a esta nueva oportunidad de dejar la calle y reencontrarse con sus seres queridos.
