Volar desde el AIFA, el aeropuerto del pueblo (Crónica y fotogalería): Forbes
Apodaca, NL.- ¿Cuándo fue la última vez que vieron la inauguración de un aeropuerto en el Valle de México?
Esta fue la premisa que el presidente Andrés Manuel López Obrador dibujó ayer lunes flanqueado por los gobernadores del Estado de México e Hidalgo, Alfredo del Mazo y Omar Fayad, respectivamente, y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Junto a ellos, los mandos del Ejército a quien el mandatario federal les ha entregado gran parte de la estructura de su administración, la seguridad y la consolidación de su proyecto económico a través de grandes obras de infraestructura.
—¿No le preocupa que los militares tengan tanto poder hoy?— cuestionó Forbes México a Alicia Flores, una visitante que recorría la terminal aérea.
—Mientras cumplan y no maten como antes, cabe la segunda oportunidad— sostuvo.
Hoy, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el aeródromo de la discordia, inició operaciones luego de 2 años y medio de construcción y 75 mil millones de pesos de costo.
Visto por algunos como un capricho político, un despilfarro y una forma de desdibujar el legado peñista y el proyecto de Texcoco, la obra insignia hoy emprendió el vuelo.
Su costo global sigue siendo una incógnita pese a la narrativa presidencial de que aún con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la hacienda pública se ahorró innumerables recursos en un proyecto faraónico inviable.
Ernestina García, habitante de Tecámac, portaba una bandera de México en la espalda. Traía consigo una grabadora que reproducía “Amigo” de Roberto Carlos.
“Escúchelo bien, nunca tendremos otro presidente como él. Este edificio es el testimonio de lo que puede hacer un hombre honesto”, dice mientras se reproduce “tú eres el más cierto de horas inciertas”.
La entrada principal de la terminal aérea es una verbena popular. La esencia de la Cuarta Transformación, calificó durante la ceremonia de inauguración la mandataria capitalina, Claudia Sheinbaum, quien con sonrisa amplia capitalizaba el evento rumbo a 2024.
Tlayudas, posters y “pejeluches” animaban a los viajeros sin boleto, a los que piensan que la justicia social les ha vuelto la mirada.
La vendimia de artículos referentes a la imagen del presidente de la República evocaban sus mítines antes de la pandemia, cuando decía que se recargaba de la energía del pueblo.
Y sí, muy pobres y muy ricos se dieron cita a uno de los eventos más importantes del sexenio. Ambas nociones de México convergieron en la grandeza de la obra.
“Es una construcción espectacular en un tiempo extraordinario”, calificó el empresario Carlos Slim. Sólo atrás de él, Juan Escaño, de 83 años, llegó a la misma conclusión.
“Aunque no me alcance para subirme a un avión, puedo decirle que no había visto nunca una obra monumental al alcance de todos”.
“Ya estoy viejo, pero me emociona ver aquí a la gente y al presidente con el Ejército. Todos nos debemos esto”, agregó.
Cecilia Hernández, abogada y quien viajó en el vuelo inaugural a Monterrey, consideró que el AIFA es un elemento simbólico del momento político que vive México.
“Hay que tener en cuenta que este no solo es un edificio, detrás de él hay una carga sobre lo que han significado los abusos de otros gobiernos”, apunta.
—Aunque, también hay cuentas pendientes sobre irregularidades en el gasto— se le cuestionó.
—Sí, la política no es perfecta, pero hoy estamos parados sobre 80 mil millones de pesos, ¿eso hubiera ocurrido con Calderón o Peña Nieto?— reviró.
El AIFA cerrará sus puertas hoy hacia las 19:00 horas, luego de haber movido hoy a 2 mil 22 personas, de acuerdo con estimaciones de la Sedena.